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El 21 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Poesía, una de las formas más preciadas de expresión del ser humano. La poesía, practicada a lo largo de la historia en todas las culturas y en todos los continentes, habla de nuestra humanidad común y de nuestros valores compartidos.

La UNESCO adoptó por primera vez el 21 de marzo como Día Mundial de la Poesía durante su 30ª Conferencia General en París en 1999 con el objetivo de apoyar la diversidad lingüística a través de la expresión poética y dar visibilidad a aquellas lenguas que se encuentran en peligro.

El Día Mundial de la Poesía es una excelente ocasión para honrar a los poetas, revivir tradiciones orales de recitales de poesía, promover la lectura, la escritura y la enseñanza de la poesía, fomentar la convergencia entre la poesía y otras artes como el teatro, la danza, la música y la pintura, y aumentar la visibilidad de poesía en los medios.

Nos sumamos a esta celebración con una recopilación de los primeros versos de 10 poemas inolvidables de distintas épocas escritos en español.

Coplas a la muerte de su padre (Jorge Manrique, 1440 – 1479)

Recuerde el alma dormida,

avive el seso e despierte

contemplando

cómo se passa* la vida,

cómo se viene la muerte

tan callando;

cuán presto se va el plazer*,

cómo, después de acordado,

da dolor;

cómo, a nuestro parescer*,

cualquiere* tiempo passado*

fue mejor.

(*castellano antiguo)

 

Desmayarse, atreverse, estar furioso (Lope de Vega, 1562 – 1635)

Desmayarse, atreverse, estar furioso,

áspero, tierno, liberal, esquivo,

alentado, mortal, difunto, vivo,

leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,

mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,

enojado, valiente, fugitivo,

satisfecho, ofendido, receloso;

Aprender español a través de la poesía

 

Rima LIII (Gustavo Adolfo Bécquer, 1836 – 1870)

Volverán las oscuras golondrinas

en tu balcón sus nidos a colgar,

y otra vez con el ala a sus cristales

jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban

tu hermosura y mi dicha a contemplar,

aquellas que aprendieron nuestros nombres…

¡esas… no volverán!

 

Poema 59 (Rosalía de Castro, 1837 – 1885)

Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros,

Ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros;

Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso

De mí murmuran y exclaman:

— Ahí va la loca, soñando

Con la eterna primavera de la vida y de los campos,

Y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos,

Y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado.

 

Lo fatal (Rubén Darío, 1867 – 1916)

Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,

y más la piedra dura porque esa ya no siente,

pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,

ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

 

Romance de la luna, luna (Federico García Lorca, 1898 – 1936)

La luna vino a la fragua

Con su polisón de nardos.

El niño la mira, mira.

El niño la está mirando.

En el aire conmovido

mueve la luna sus brazos

y enseña, lúbrica y pura,

sus senos de duro estaño.

 

La boca (Miguel Hernández, 1910 – 1942)

Boca que arrastra mi boca:

boca que me has arrastrado:

boca que vienes de lejos

a iluminarme de rayos.

Alba que das a mis noches

un resplandor rojo y blanco.

Boca poblada de bocas:

pájaro lleno de pájaros.

Canción que vuelve las alas

 

Poema 20 (Pablo Neruda, 1904 – 1973)

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: “La noche está estrellada,

y tiritan, azules, los astros, a lo lejos”.

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.

La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

 

Arte poética (Jorge Luis Borges, 1899 – 1986)

Mirar el río hecho de tiempo y agua

y recordar que el tiempo es otro río,

saber que nos perdemos como el río

y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño

que sueña no soñar y que la muerte

que teme nuestra carne es esa muerte

de cada noche, que se llama sueño.

 

Testigo de excepción (Francisca Aguirre, 1930)

Un mar, un mar es lo que necesito.

Un mar y no otra cosa, no otra cosa.

Lo demás es pequeño, insuficiente, pobre.

Un mar, un mar es lo que necesito.

No una montaña, un río, un cielo.

No. Nada, nada,

únicamente un mar.

¡Feliz día de la Poesía a todos! no olvidéis que todo lo que nos rodea es poesía sólo tenemos que aprender a interpretarlo, leerlo y a escribirlo.